Izquierda Unida considera que las cifras del paro del mes de marzo responden a un maquillaje de estadísticas, pero no mejoran las condiciones de vida de las salmantinas y salmantinos
El descenso del paro registrado en Castilla y León es de 2.552 personas y el dato de la afiliación aumenta en 4.552 empleos/afiliaciones a la Seguridad Social, mientras que en nuestra ciudad solamente desciende en 176 personas con respecto al mes de febrero, representando el 6,90% del total de la comunidad.
Si tenemos en cuenta que en los meses de marzo el paro suele disminuir como consecuencia de la semana santa, el dato de generación de empleo solamente puede ser tildado como de “negativo”.
Por sectores, en el Sector de la Agricultura se reducen en 18 las personas desempleadas, en Industria aumentan 36 parados más, en Construcción descienden en 72 y en Servicios se reducen en 120, mientras que solamente hay un leve crecimiento en la contratación en el sector derivado del turismo y de la hostelería en nuestra provincia.
Se han registrado un total de 8.735 contratos de trabajo en nuestra provincia, que supone un incremento del 15.48% con respecto a febrero, (1.171 contratos más realizados), manteniéndose los porcentajes de precariedad con un 9.95% de indefinidos frente al 90.04% de temporales.
Respecto a las prestaciones, la situación continúa inamovible, de las 27.465 personas en desempleo, 12.146 cobran prestaciones o subsidio, frente a 15.319 que siguen sin percibir ingresos, un 55.77% y de las que perciben alguna cantidad, la prestación media se sitúa en 765.4€.
A nivel nacional, el dato verdaderamente negativo es que casi el 90% de los contratos que se realizan son temporales y que un 34,3% son a tiempo parcial. Uno de cada cuatro trabajadores asalariados tiene contrato temporal y uno de cada cinco a tiempo parcial.
A la vista de los datos anteriores, desde Izquierda Unida continuamos sin entender los mensajes triunfalistas que se lanzan desde el gobierno, que responden a simples maquillajes de estadísticas, ya que el empleo que se crea es precario y a tiempo parcial, consecuencia directa de las reformas laborales operadas por el Partido Socialista y por el Gobierno del Partido Popular. Exigimos la derogación de las reformas laborales que permitan la generación de empleo estable y de calidad, ya que dichas reformas dinamitaron nuestro sistema de relaciones laborales convirtiendo en aún más débil a la clase trabajadora frente a los empresarios. Dichas reformas laborales dinamitaron la negociación colectiva, facilitaron y abarataron el despido y permitieron una “brutal” flexibilización de las condiciones de trabajo que han provocado bajadas salariales, desempleo y una precarización del mundo del trabajo que ha incrementado la brecha salarial e incrementado la pobreza de las personas, incluso de las personas trabajadoras.
Además, desde Izquierda Unida consideramos fundamental un cambio en el modelo productivo y la apuesta decidida por sectores estratégicos y por una economía más sostenible y ecológica, cuyo efecto directo sea la mejora de las condiciones de vida las clases populares.